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Muchos migrantes centroamericanos varados en la frontera con Estados Unidos se han manifestado confundidos con las decisiones que la Administración de Biden está tomando para afrontar el tema migratorio. Algunos dicen que desde la salida de Donal Trump esperaban que la situación cambiara, sin embargo, hasta la fecha no ven un cambio.

La cadena CNN recogió los testimonios de un grupo de migrantes deportados que se encuentran en la frontera con México, y desconcertados narraron cómo fue el trato de las autoridades estadounidenses a los migrantes.

“No nos dejaron pasar. Y tengo que pasar”, dijo Carlos Cocoy quien junto a su hijo fueron deportados inmediatamente, él aseguró que la forma en la que los deportaron fue tan rápido que no les dieron oportunidad de exponer su caso, para un posible asilo.

Muchos de los migrantes que viajan con la esperanza de encontrar un futuro mejor han sido expulsados por las autoridades de migración, pero ahora les atrapa la incertidumbre del qué harán, ya que muchos de ellos no pueden regresar a su país de origen por medidas de seguridad.
Tuve que migrar porque fui agredido. El problema es que él (Biden ) no conoce la situación en la que estás. Prefiero morir aquí que regresar a Honduras”. explicó Sarmiento, un migrante Hondureño.

En ellos pesa la duda de cómo funcionan las políticas de Biden, de cuáles son las familias que se pueden quedar, qué menores de edad pueden optar a los beneficios y cuáles no. Este tipo de interrogantes surgen a partir de declaraciones que funcionarios de la Administración Biden consideran que se permitiría que se queden los menores no acompañados, algunas familias vulnerables, aunque han dicho que familias serán expulsadas bajo las medidas aún vigentes por la pandemia.
Ellos nos trataron muy mal. Ni siquiera nos dieron la oportunidad de hablar”. explicó Ordelina de León López, que huyó de Guatemala por las amenazas y porque una de sus hijas había sido secuestrada.

Añadió que hizo el viaje pensando que las nuevas autoridades le ayudarían, pero se llevó la sorpresa que no, “nos rechazaron”, dijo.

Carmen Julia Solloza, otra migrante, explicó que en febrero tomó la decisión de dejar Guatemala y al llegar a suelo estadounidense se entregó a la Patrulla Fronteriza porque supuso que mejoraría sus posibilidades de que le permitieran quedarse en Estados Unidos, no obstante, le tomaron las huellas digitales y regresó a México en menos de 12 horas, agregó “No tengo nada en casa. Sin casa, sin trabajo, sin futuro”.

Otros narran cómo las autoridades permiten que algunas familias con menores de edad se queden en el país y como deportan a otras, “Es injusto. Podemos ver que los niños de 5 años pueden cruzar con sus padres, y los de 7 años no. Pero los de 7 años todavía son niños”.

 

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La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos ha dicho que todavía está operando bajo la orden de salud pública, conocida como Título 42, que permite la expulsión de inmigrantes que cruzan la frontera para evitar la propagación del covid-19, y enfatizó que los padres migrantes que viajan con niños no están exentos de las restricciones, independientemente de la edad del niño.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, reconoció el martes que se está dejando entrar a más familias a Estados Unidos, ya que gran parte del problema es que México no tiene la capacidad para albergarlos, y por eso, que se les permite quedar hasta que haya una resolución judicial, pero aclaró que eso “no es un reflejo o proyección de un cambio de política”.

Mientras los migrantes llenos de incertidumbres esperan en la frontera una postura que resuelva su situación, ellos temen que les suceda algo, debido a la peligrosidad y falta de seguridad en las zonas fronterizas.

Hasta el momento una de las pocas alternativas con la que los migrantes cuentan es del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, que está buscando una solución con los funcionarios mexicanos para gestionar un regreso a su país o ver quién podría ser elegible para recibir una visa humanitaria para quedarse en México durante 30 días.